Mi trabajo bascula entre dos intereses concretos: el diálogo con la historia del arte, y más específicamente con la historia del grabado, y la experiencia perceptiva del mundo, de lo que veo. Las dos series que presento aquí son ejemplo de ello.
En Strips after Richter desarrollo una serie de obras -en parte pinturas, en parte grabados y en parte una suma de ambos- en la que el pretexto inicial, imitar una serie de cuadros de Gehard Richter preguntándome por la noción de estilo, se convierte en un texto donde esta cita se mezcla con la idea de repetición, serie, diferencia y obra única. La deliverada imitación parte también de unas diferencias de partida: el procedimiento, la factura y la generación de cada pieza son distintas a las que se plantea Richter.
En la serie de paisajes me centro en el arrabal como tema, las azoteas, el polígono en decadencia que da paso al campo agrícola o al descampado. Técnicamente recreo, de manera bastante libre, la construcción de paisajes que se daba en los talleres de Litografía en el siglo XIX, donde se animaba a los artistas a dividir sus dibujos en 2 o tres planchas distintas de grises, que se sumaban en la estampación. Partiendo de esa idea construyo la imágen dibujando en planchas de aluminio (algrafías). A veces uso una plancha de madera, porque, como digo, mi intención no es reproducir una técnica, sino inspirarme en ella como punto de partida. El resultado no siempre es una edición, pues, al igual que en Strips after Richter, una parte de las estampas son series de dibujos entintados y variados en un resultado intermedio entre la obra única y la edición.